El Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio) acata
la decisión adoptada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia (TSJ) con relación a su solicitud de nulidad, por razones de
inconstitucionalidad, contra el Decreto Nº 8.331, con Rango, Valor y
Fuerza de la Ley de Costos y Precios Justos, como de su solicitud de la
medida cautelar.
La Sala Constitucional del TSJ admitió el recurso de nulidad, que se
solicitó por razones de inconstitucionalidad, pero falló en contra de la
solicitud de la medida cautelar. Y ahora la representación legal del
gremio y sus autoridades deberán comparecer ante el juicio que se
desarrollará en el lapso de diez días a partir de la fecha de
publicación, y con base en las notificaciones correspondientes que hará
el Juzgado de Sustanciación. Desde luego, esta fase abre las
posibilidades para que las Cámaras y Asociaciones afiliadas se sumen a
la acción jurídica liderada por Consecomercio.
Institucionalmente, Consecomercio se considera satisfecho con la
admisión de su solicitud del recurso de nulidad. Y en cuanto a la
negación a la medida cautelar, estima que sus argumentos hoy son
ratificados por los consumidores, como por las propias cifras del Banco
Central de Venezuela con respecto a la escasez y una tasa inflacionaria
decreciente, es cierto, pero sostenida con cuantiosas importaciones
subsidiadas y un rígido control de precios que está debilitando la
producción nacional a nivel primario y manufacturero.
Consecomercio siempre ha sido un organismo respetuoso del estado de
derecho. Y en atención a dicha conducta gremial, le ha transmitido
permanentemente a sus cámaras y asociaciones afiliadas que las leyes
deben acatarse y cumplirse, aun cuando después haya necesidad de
recurrir a ese mismo estado de derecho para actuar por ante las máximas
instancias legales en procura de justicia. Fue lo que se hizo cuando
entró en vigencia la Ley de Costos y Precios Justos.
La máxima gremial del comercio formal y organizado venezolano es el de
satisfacer las necesidades de los consumidores, con base en la
expedición de bienes y servicios de calidad y a precios competitivos.
Sin embargo, para que dicha respuesta se produzca en tales términos, la
economía debe desenvolverse bajo un sistema de condiciones apropiadas,
como está establecido en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
Someter dicho esfuerzo a la rigidez de controles de cambio y de precios,
y supeditados a la administración de costos políticos, termina
castigando a los consumidores. Asimismo, anulando las inversiones
privadas nacionales e internacionales que se requieren para disponer de
una economía con capacidad para mantener un crecimiento sostenido, y
generadora de empleos dignos y decentes.
Fuente: http://globovision.com/